Rincón de la Esperanza | Evangelio y Reflexión. Ascensión del Señor
- Hdad Matriz Almonte
- 15/05/2021
Fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios
Conclusión del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-20
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los once y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado.
A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».
Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a predicar por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.
Palabra del Señor.
Reflexión
Estimados amigos y queridos hermanos todos.
La fiesta que celebramos nos indica la vuelta de Jesús al Padre una vez concluida su misión en este mundo. Esto no significa que Jesús se desentienda de la tarea dada a los suyos, sino que supone una nueva presencia del resucitado en medio de los creyentes. Ahora es el comienzo de la Iglesia, el tiempo del Espíritu Santo que es el alma de la Iglesia. El acontecimiento de la Ascensión representa para Jesús la plenitud de la resurrección.
Expuesto el significado de la solemnidad se impone aclarar algunas notas. La palabra Ascensión (subir) tiene aquí un significado metafórico, es decir no debe entenderse en un sentido físico o espacial. Nosotros nos movemos en coordenadas de tiempo y espacio y no podemos prescindir de estas dimensiones para explicar la realidad. En cambio, Dios es eternidad, es omnipresente.
El sentido de la Ascensión manifiesta que Jesús participó de la gloria, la majestad, el poder y la divinidad de Dios. El resucitado es Señor del universo. Su presencia deja de ser física para ser presencia a través del Espíritu. Lo que se quiere poner de relieve es que Jesús vive la misma vida de Dios.
Aclarada la objeción, descubrimos que lo importante de este pasaje es el encargo misionero que Cristo encomienda a sus discípulos: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado”. Encargo en el que destaca dos realidades: la universalidad del anuncio y los signos que acompañan a los que crean.
Jesús nos invita en esta fiesta a continuar la labor comenzada por los discípulos: anunciar el evangelio a toda la creación, como deseo universal de salvación por parte de Dios y con respeto total a la libertad humana. Recordemos que el evangelio se propone no se impone. El que lo acoja recibe palabra de salvación y el que lo rechace sabe lo que pierde.
Respecto a los signos que acompañarán al creyente todos ellos serán señales de vida y de liberación que nos traerán a la memoria la coherencia que ha de existir entre lo que se anuncia y lo que se practica. Jesús debe ser el modelo y referencia de nuestra predicación y compromiso cristiano. El Reino se hace presente cuando trabajando codo con codo erradicamos el mal que nos acecha y labramos cauces de liberación para los demás.
Santa María del Rocío, Madre de Dios y nuestra danos la fuerza suficiente para hacer realidad lo que nos encomienda tu Hijo, el Pastorcito Divino, en la fiesta que celebramos.
Francisco Jesús Martín Sirgo
Director Espiritual de la Hermandad https://hermandadmatrizrocio.org/wp-content/uploads/2021/09/exhibition-gallery-item-5-1.jpg, Párroco de la de Ntra. Sra. de la Asunción, de Almonte y Rector del Santuario de Ntra. Sra. del Rocío.