Rincón de la Esperanza | Evangelio y Reflexión. I Domingo de Cuaresma
- Hdad Matriz Almonte
- 20/02/2021
Era tentado por Satanás, y los ángeles lo servían
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 12-15
En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; vivía con las fieras y los ángeles lo servían.
Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía: «Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».
Palabra del Señor.
Reflexión
Queridos amigos y hermanos.
Comenzamos un tiempo litúrgico fuerte, la Cuaresma. El itinerario cuaresmal tiene como finalidad prepararnos para vivir el misterio fundamental de nuestra fe: la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Es un momento especial para alejarse del pecado y volver a Dios, a través de la oración, la escucha de la Palabra, la conversión de fe a Dios y de amor a los hermanos.
La Cuaresma nos invita a entrar en el desierto de nuestra existencia para encontrarnos en soledad con Dios y poder vencer, desde el Evangelio, las tentaciones que nos acechan. No olvidemos que el desierto para el pueblo de Israel no es sólo el lugar de la prueba, sino también de purificación. Es una propuesta del Señor, una mano tendida, desde el cariño y la gratuidad, para que recuperemos la armonía y el estado de gracia primitivo, la del paraíso.
En el relato de Marcos, encontramos tres puntos o claves para este fin. Temas a los que también ha hecho referencia el Papa Francisco: las tentaciones, “el Espíritu empujó a Jesús al desierto… para ser tentado por Satanás”; la proclamación de la Buena Noticia en Galilea y, por último, la invitación a la conversión: “Se ha cumplido el tiempo y está cerca el Reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio”
La respuesta por parte del hombre a esta invitación de Dios es clara y se expresa en dos actitudes: la conversión y la fe. No caigamos en el tópico de siempre, pensar que Jesús venció las tentaciones por ser de condición divina. Nunca más lejos de la realidad. Ser Hijo de Dios, no le exime de participar en la historia humana con sus gozos, pruebas y tribulaciones porque también era verdadero hombre. Él, al igual que el pueblo de Israel, tuvo que recorrer el duro camino que conduce a la salvación.
De ahí, que la fe sea un presupuesto fundamental en este peregrinar. Ella nos hace abrirnos a Dios, nos predispone a escucharle y descubrir su proyecto. Esta actitud, provoca en nosotros el proceso de conversión que comienza cuando acogemos el Reino de Dios, que transforma nuestra vida y se fortalece en la medida en que nos implicamos en su construcción. Por eso decimos, que la conversión implica un doble movimiento: el esfuerzo por cambiar de vida y la apertura a lo gratuito.
En definitiva, estimado amigo, las tentaciones están siempre presentes en la vida y suponen una invitación a optar por el camino que nos propone el Padre o elegir el que nos ofrece el tentador. ¿Qué hacer? La respuesta es clara: escoger el camino propuesto por el Padre y dejarnos guiar por la fuerza del Espíritu para vencer el mal, siendo fieles a Dios por encima de todas las sugerencias de poder y de Gloria.
Santa María del Rocío, Madre y Maestra de la fidelidad, enséñanos a mantenernos incondicionalmente fieles al proyecto de Jesús para con nosotros y así, desde su vida, poder vencer toda tentación que nos acecha.
Francisco Jesús Martín Sirgo
Director Espiritual de la Hermandad https://hermandadmatrizrocio.org/wp-content/uploads/2021/09/exhibition-gallery-item-5-1.jpg, Párroco de la de Ntra. Sra. de la Asunción, de Almonte y Rector del Santuario de Ntra. Sra. del Rocío.