Cuando llevamos poco más de sesenta días al frente de nuestra Hermandad https://hermandadmatrizrocio.org/wp-content/uploads/2021/09/exhibition-gallery-item-5-1.jpg y hemos vivido momentos tan emotivos e intensos como el Rocío Chico y, especialmente, el Traslado de la Virgen a Almonte, me dirijo a ti, con gratitud, con alegría y con ilusión en esta primera Newsletter con la que queremos acercar la vida de la Hermandad a nuestros hermanos.
Con gratitud a todos los que desde el primer momento se han sumado a nuestro proyecto, poniéndose a disposición, colaborando, aportando ideas o sugerencias, o haciendo una crítica constructiva. Y agradecimiento, sobre todo, a la Virgen, nuestra Madre, la que otorga pleno sentido a este compromiso y responsabilidad, por todo lo bueno que nos ha dado. Gratitud, en fin, por el esfuerzo colectivo multitudinario que han significado los preparativos y el desarrollo de este Traslado, que ha cumplido las mejores expectativas.
Con la alegría de los momentos vividos, que solo tenemos ocasión de vivirlos, cada siete años. Y no solo nosotros, sino las personas que nos rodean. Almonte está redondeando un año especial que ha contado, como hace cien años, con un Traslado de la Virgen a su pueblo, abriendo, así, un tiempo de gozo, de gracia y de crecimiento espiritual para todos. Y con la satisfacción de los servicios prestados en estos dos meses a personas e instituciones, que han requerido nuestros servicios y atención.
Por último, con la ilusión, que nace de todo lo que tenemos por hacer. Una ingente tarea de mejoras y de propósitos encabezados por la Obra Social del Centenario de la Coronación de la Virgen del Rocío. Esa corona de amor, que permita contribuir a dotar de una unidad Oncohematológica para jóvenes y adolescentes, a la ciudad Sanitaria Virgen del Rocío.
Concluyo estas primeras palabras impresas, manifestando mi voluntad y mi deseo, que es el de la Junta de la Hermandad que represento, de servir a nuestros hermanos, de construir Hermandad y de acrecentar la devoción a nuestra titular, la Santísima Virgen del Rocío, camino seguro para llegar al Pastor Divino que nos ofrece en sus manos.
Santiago Padilla Díaz de la Sern