"Todo empezó una mañana..."
Todo empezó una mañana... con el hallazgo milagroso de una imagen y la construcción de una pequeña ermita, al borde de las Marismas durante la Edad Media...
Constituye el origen de toda esta historia el milagroso hallazgo de una imagen y la construcción de una pequeña ermita, al borde las Marismas durante la Edad Media, dentro de un amplio espacio dedicado a la crianza y abrevadero de yeguas denominado las Rocinas. En otros textos antiguos se cita también como Rocinas de la Madre (lógicamente de la madre agua que discurría por el caño que busca el Guadalquivir). No había para el robustecimiento anatómico de las bestias una alimentación más completa que los armajos y todo tipo de yerbas silvestres de aquel suelo lacustre y salitroso.
El significado etimológico de Rocinas está relacionado con el espacio destinado al cuidado del ganado rocinal, en clara referencia al vocablo castellano «Rocín» -recordemos el Rocinante de don Quijote-. El Diccionario de comercio medieval del historiador Miguel Gual Camarena (1976) refiere que, en la documentación del medievo abundaban las referencias sobre el tráfico de mercadurías a lomos de estos animales como bestia de labor. En aquellos años existieron por nuestra geografía española, al margen de este marismeño, otros conocidos rocinales como el de Baños de Ebro; el de Mañueta de Álava; el Rocinal de Venturada (Madrid); el de los Llanos de Somerón (Asturias) y algunos otros más.
El rey Alfonso X «el Sabio» conquistó entre 1262 y 1264 todo el entorno territorial sobre el que se asentaría la villa de Almonte, tras arrebatárselo a los hasta entonces dominadores hispanomusulmanes, por lo que la reconquista cristiana de las Rocinas está asociada al célebre monarca toledano, del que se conmemora ahora el 800 aniversario de su nacimiento (1221-2021). Desde que instaló su Corte en el Real Alcázar de Sevilla en 1248, encontró también una prolongación patrimonial en el palacio marismeño construido en el Lomo del Grullo (hoy término de Hinojos), como reserva cinegética de la corona a modo de Coto Real.
Después de la reconquista cristiana y la revuelta de los mudéjares (1264-1265), el rey Alfonso X de Castilla hace pasar los terrenos marismeños de las Rocinas a la jurisdicción realenga del Reino de Sevilla. A partir de 1269, los pastizales de sus terrenos comienzan a ser compartidos entre criadores de distintas poblaciones, en base al acuerdo de Hermandad de Pasto. Hacia 1330, el mismo monarca había donado a don Alvar Pérez de Guzmán (hermano bastardo del señor de Sanlúcar), Alguacil mayor de Sevilla, el lugar de Almonte, cuyo término municipal se formó con amplios terrenos segregados del de Niebla. Gracias a este señor consigue la dehesa de las Rocinas como tierra de Propios -sobre la que había gran demanda de criadores de yeguas, vacas y puercos-, aunque su titularidad no estuviese lo suficientemente legitimada, correspondiese a Sevilla como terreno comunal y tuviesen derecho a pastar ganados de los pueblos de la Hermandad.
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1248 - 1262
Conquista cristiana a los hispanomusulmanes de los reinos de Sevilla (1248) y Niebla (1262), en los que se hallan los territorios de Marisma.
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1262
Alfonso X de Castilla reconquista Niebla y toda su tierra, en la que se encuentra incardinada las Rocinas. Tras la revuelta de los mudéjares (1264-1265), estos terrenos marismeños pasan a incorporarse al territorio realengo del Reino de Sevilla.
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1269
Comienzan a ser compartidos los terrenos de la Marisma entre criadores de distintas poblaciones, en base al acuerdo de Hermandad de Pasto.
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1311-1350
Se hace referencia por primera vez a la ermita en el Libro de la Montería, terminado de escribir bajo el reinado de Alfonso XI de Castilla.
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1330-1333
Nace el término de la villa de Almonte tras concederle la Corona su propiedad a don Alvar Pérez de Guzmán, Alguacil mayor de Sevilla, que fue quien presionó para gestionar las Rocinas como terrenos de propios, pese a su pertenencia comunal a Sevilla.
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1335
Aquel año se cita por primera vez en documentos la ermita de Santa María de las Rocinas.
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1369
Se crea el Condado de Niebla sin la inclusión de Almonte que se había segregado de su término años antes, siendo rey Alfonso XI de Castilla.
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1431
El rey Juan II concedió real autorización para que Almonte ampliase los límites de su término y la ermita de las Rocinas quedase dentro del mismo.
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1477
Los Reyes Católicos donan las tierras del Caño Madre de las Rocinas a su secretario de Economía, don Esteban Pérez Cabitos, superficie en que quedaba enclavada la ermita.
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1480-1582
Los terrenos del Caño de las Rocinas son vendidos por Pérez Cabitos a Juan Martínez Botejón, en 1480. Sucesivamente fue pasando a otros particulares hasta que lo adquirió el almonteño don Juan de Gracia, el 23 de diciembre de 1582. Finalmente, el Ayuntamiento de Almonte pudo hacerse con la propiedad del Caño, por lo que su titularidad quedó esclarecida y pudieron evitarse en lo sucesivo más conflictos y enfrentamientos.
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1499
La Casa Ducal de Medina Sidonia termina de hacerse con la jurisdicción señorial completa de la villa de Almonte, después de resolverse herencias y adquisiciones territoriales durante algo más de un siglo de intentos de compras a los herederos de don Alvar Pérez de Guzmán, con el objeto de unir sus extensos territorios señoriales (Huelva y Cádiz).
Son escasísimos los descubrimientos de imágenes bajomedievales que dejaron huella escrita de modo coetáneo al momento en el que se produjeron. Casi todos redactaron sus respectivas leyendas de invención, una vez que sus titulares adquirieron alguna celebridad durante los siglos XVI, XVII o XVIII. Representa un ejemplo unido a una leyenda que recrea el hallazgo de su talla, el origen de la Virgen del Rocío, aunque esta se escribió por primera vez a mediados del siglo XVIII.
En efecto, la historia mitificada de Nuestra Señora de las Rocinas es una ingeniosa leyenda que cuenta el descubrimiento físico de la talla, y lo presenta como si a través de la imagen encontrada hubiese hecho acto de presencia la propia Virgen María, en el paisaje periférico donde luego se levantaría su ermita, que atribuye la hazaña del hallazgo a un cazador o ganadero y trata de justificar la presencia de la imagen en aquel paraje fronterizo del término, convirtiendo así a Santa María de las Rocinas en un importante símbolo de identidad comunitaria.
Reproducimos, a continuación, el contenido de las dos versiones más antiguas que se conocen del encuentro de la imagen.
La primera se publicó en la introducción de las Reglas impresas en el año 1758, y recoge el contenido básico de la tradición oral legado de generación en generación, que siempre explicó la aparición de esta Virgen. Si bien, la redacción de aquel relato escrito en pleno siglo XVIII trata de responder a distintas interrogantes además de transmitir el modo en el que se produjo la aparición de la imagen.
...y en medio de las Espinas halló la Imagen de aquel sagrado Lirio intacto de las espinas del pecado...
“Entrado el siglo Quinze de la Encarnación del Verbo Eterno un hombre que apacentaba ganado, o había salido a cazar, hallándose en el término de la villa de Almonte en el sitio que llamaban de la Rocina (cuyas incultas malezas le hacían impracticable a humanas plantas, y solo accesible a las Aves, y silvestres fieras) advirtió en la vehemencia del ladrido de los perros; que se ocultaba en aquella selva alguna cosa, que les movía a aquellas expresiones de su natural instinto. Penetró aunque a costa de no poco trabajo, y en medio de las Espinas halló la Imagen de aquel sagrado Lirio intacto de las espinas del pecado, vio entre las Zarzas el simulacro de aquella Zarza Myistica ilesa en medio de los ardores del Original delito miró una imagen de la Reyna de los Ángeles de estatura natural colocada sobre el seco tronco de un Árbol. Era de talla, y su belleza peregrina. Vestíase de una túnica de lino entre blanca, y verde, y era su portentosa hermosura atractivo aun para la imaginación más libertina.
En otra versión más escueta que se escribió unos veinte años después de la primera, en 1779, se concreta la naturaleza del descubridor de la imagen, a quien señala como vecino del pueblo de Almonte. El texto quedó recogido en el informe de la Visita Pastoral girada a la villa de Almonte por el señor visitador eclesiástico, don Miguel María de León, a la sazón cura de la parroquia de Santa María de Arcos de la Frontera. El manuscrito, que se encontraba inédito hasta hace pocos años, se incluye dentro del informe de la referida visita, cuyo libro se guarda en el Archivo General del Arzobispado de Sevilla.
...a un antiguo cazador o ganadero, natural de este pueblo...
“A un antiguo cazador o ganadero, natural de este pueblo, en enredado, y confundido en la espera, y oscura breña de su término, que llaman la Rocina, se debió, en el siglo 15 el prodigioso Descubrimiento de la Santa y Peregrina Imagen de María SSma, colocada al pie de un tronco de aquel sitio intransitable de persona alguna, de a dónde tomó o le dijeron su primer título que después le han mudado en el del Rossio: y se venera en una espaciosa y bien labrada ermita, en la cercanía del parage de tan importante hallazgo, y a distancia de tres leguas de esta villa donde hacen sus peregrinaciones para cumplir sus votos y promesas los naturales y vecinos de ella, como también los de otros muchos pueblos comarcanos, experimentando todos el más saludable socorro pronto alivio y consuelo en sus estrechas necesidades.»
El descubrimiento de América y su conquista a partir de 1492 constituye un gran hito para la historia de Andalucía y España. El pequeño enclave del Rocío queda localizado en un lugar estratégico de paso para las tripulaciones que van por tierra a los Puertos de Cádiz por la margen derecha del Guadalquivir. Muchos, antes de embarcarse, encomiendan a la Santísima Virgen de las Rocinas su aventura. La Capellanía de Baltasar Tercero fundada en Lima a finales del siglo XVI, que dota de presupuesto permanente a la primitiva ermita para el culto de la Sagrada Imagen es consecuencia de ello. Las órdenes religiosas asentadas en este territorio para atender esta movilización humana, particularmente la de los Mínimos, favorecerán este crecimiento.
En este contexto de crecimiento, se produce el Voto de la Inmaculada Concepción de María por las autoridades almonteñas, el 29 de junio de 1653, que lleva aparejado el nombramiento de Santa María de las Rocinas como Patrona de la villa de Almonte (Acta del Patronazgo), confirmando su prevalencia devocional frente al resto del universo devocional mariano de la villa, desafiando al propio Duque de Medinasidonia, que intentaba imponer en sus estados la devoción a la patrona de Sanlúcar de Barrameda, la Virgen de la Caridad. Para entonces la Virgen era, de hecho, la Patrona de los ganaderos de esta comarca, cuyas tierras se dedicaban principalmente desde tiempo inmemorial a la cría extensiva de ganado caballar y vacuno.
Poco después, van a surgir las primeras hermandades del Rocío a imitación de la de Almonte, en los pueblos y ciudades de su entorno próximo. Las Reglas de 1758 de la Hermandad Matriz, donde aparecen relacionadas, las ordena por villas: Villamanrique, Pilas, Moguer, La Palma; y ciudades: Sanlúcar de Barrameda, Rota y El Gran Puerto de Santa María. Recientes estudios del historiador Julio Mayo Rodríguez han puesto de manifiesto la existencia de un pleito en 1766-1767, en el que la ciudad de Sanlúcar de Barrameda reclama ser la más antigua, aunque por circunstancias históricas perdió su orden de antigüedad, como ha sido tradición en la historia de la devoción rociera, para las hermandades que han dejado de concurrir a la Romería.
“… El exemplo de la Hermandad fundada por la villa de Almonte movió a las de Villamanrique, Pilas, La Palma, y Rota, y á las Ciudades de San Lucar de Barrameda, Moguer y el Puerto de Santa María para instituir igualmente Hermandades, que anualmente concurriensen á la función que en obsequio de Nuestra Señora del Rocío se hace en la mencionada Iglesia…”.
Reglas de la Hermandad Matriz de Almonte de 1758, página 11.
Es evidente que la interrelación socioeconómica y familiar en este territorio sirven de vía de promoción y crecimiento de la Fiesta a la Virgen. Cabe destacar el papel difusor del canónigo almonteño, José Carlos Tello de Eslava en Sevilla de la devoción a la Virgen del Rocío, que es exponente de otros canónigos que promocionan y favorecen desde tiempo atrás y en adelante, su devoción desde la capital Hispalense, por donde promocionan los hijos más ilustres de toda Andalucía Occidental.
Más tarde, a principios del siglo XIX, Almonte vive, como el resto del país la Invasión Francesa, que en agosto de 1810 vive un episodio de desafío en sus calles, que dio origen al Voto de Acción de Gracias del Rocío Chico (1813). La Santísima Virgen, una vez más, acudió en ayuda de su pueblo que por siempre jamás prometió celebrarle una Función Votiva cada 19 de agosto. A raíz de este hecho se fundan hermandades en Triana (1813), Umbrete (1829); y más tarde, en Coria del Río (1849) y Huelva (1880). También desaparecen las hermandades del Puerto de Santa María y de Rota, en pleno declive del comercio con América, y en medio de las desamortizaciones eclesiásticas que dejan sin patrimonio a las instituciones religiosas.
… El exemplo de la Hermandad fundada por la villa de Almonte...
Con la llegada de los Montpensier, la Romería del Rocío alcanza un enorme impacto y fama nacional.
El desembarco de la familia Montpensier (Don Antonio de Orleans y Dª María Luisa Fernanda de Borbón, hermana de la Reina Isabel II), establecida en la ciudad de Sevilla en 1853, y con ellos de la nueva burguesía agroganadera andaluza que adquiere tierras en el entorno, en pleno declive de los Señoríos Jurisdiccionales, y los avances en el transporte y en las comunicaciones, a través de la prensa, convierten a la Romería del Rocío en una Romería de creciente impacto y fama nacional.
Primera Mitad del Siglo XX
El siglo XX se inicia con importantes obras en la antigua ermita del Rocío, en 1914-1915 y 1918-1919 y con un Rocío en crecimiento de sus hermandades y de su radio de influencia, con un gran impacto en las Bellas Artes del momento. En 1914, por ejemplo, Juan Ramón Jimenez publica “Platero y yo” y dedica su capítulo XLVII a “El Rocío”. Joaquín Turina, José María Izquierdo, los Hermanos Alvarez Quintero, Manuel Siurot, Santiago Martínez, Manuel Machado, Alejandro Pérez Lugin, Manuel Ruiz Vidriet, Manuel y Andrés Martínez de León … son otros artistas que aterrizan y promocionan El Rocío
En pocos años se fundan tres hermandades, en San Juan del Puerto (1913) Benacazón (1916) y Rociana del Condado, coincidiendo con la Coronación Canónica de la Virgen en 1919, promovida por el canónigo hinojero, Juan Francisco Muñoz y Pabón. Un acontecimiento de gran trascendencia para la historia del Rocío que se produce en plena fiebre de las Coronaciones Canónicas en España e Hispanoamérica, y en un clima de gran inestabilidad social y política en España y en Europa, cuando el comunismo había triunfado en Rusia y coincidiendo con el final de la I Guerra Mundial. La Virgen es proclamada como Reina de la Paz y de la Justicia. La Coronación deja tras de sí un período de crecimiento del Rocío en todos los órdenes que se acelera durante la República, como reacción ante sus políticas antirreligiosas. Solo en 1935, a lo largo del año, se fundan seis nuevas hermandades filiales: Bonares, Puebla del Río, Bollullos Par del Condado, Valverde del Camino, Gibraleón y la ciudad de Córdoba. Es el año en que asiste a la Romería el Presidente de la República, Alejandro Lerroux García. Un año después de que la Virgen estrenara sus nuevas andas procesionales, donadas por la familia Cepeda-Soldán, en 1934.
Tras la guerra y en plena postguerra, el crecimiento del Rocío se congela, pese al apoyo del Régimen, cuyo máximo mandatario, el General Francisco Franco, visita la aldea del Rocío el día 18 de abril de 1953, en pleno desarrollo de los proyectos para la implementación de la economía autárquica en tierras de Almonte.
Segunda Mitad del Siglo XX
Un hecho trascendental para la historia de la devoción rociera será la fundación de la diócesis de Huelva en 1953 y la llegada de su primer obispo, D. Pedro Cantero Cuadrado en 1954. El hombre que puso todos sus talentos e influencias para favorecer El Rocío, convirtiéndolo en la perla de su diócesis. De su mano se activó el proyecto de ejecución de un nuevo Santuario (1963-1970), su electrificación (1964), la concesión del título de Fiesta de Interés Turístico Internacional (1965), la carretera al Rocío (1966), o el desembarco de la radio (1955), ………En medio de este proceso se fundan hermandades en las dos ciudades más importantes de España, Madrid (1960) y Barcelona (1971), de la mano de la emigración andaluza. Este año Juan Infante Galán, publica, “Rocío, la devoción mariana de Andalucía”. El primer intento de abordar la historia de la devoción rociera de una forma seria y rigurosa. Y se organiza la primera peregrinación de Rocieros a Roma, con motivo del Año Santo de 1975.
Todo este proceso necesario, de creación de las bases, estalla a comienzo de la década de los años 80 con la explosión de la devoción rociera. El día 27 de mayo de 1980 el diario ABC de Sevilla había abierto su portada con este titular: “Un millón de personas en El Rocío”. No en vano, entre 1978 y 1982 se fundaban hermandades, en cinco de las ocho capitales andaluzas: Córdoba, Cádiz, Granada, Málaga y Jaén, a falta de la fundación de Almería que lo hace en 1986, el mismo año que visita la Romería el Presidente de la Junta de Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla y Camoyán, el primero que lo hace. Antes, en 1982, había visitado el Santuario del Rocío el primer Presidente del Gobierno de la Democracia, Leopoldo Calvo-Sotelo y Bustelo. Y un año después, en 1983, se le había dado forma al Plan Romero.
Se acelera, a partir de aquí, el proceso de crecimiento de la devoción rociera que en septiembre de 1992 vive el gran acontecimiento de la clausura de los Congresos Mariano y Mariológico celebrados en Huelva, oficiada por el legado pontificio, cardenal Eduardo Martínez Somalo, con la participación de SS.MM.RR. Don Juan Carlos y Dª Sofía; esta última, que ya había visitado la Romería en 1972, como Princesa, y en 1984, como Reina, acompañada de sus hijas, Elena y Cristina; y acompañados en esta ocasión de la madre de aquel, Dª María de las Mercedes de Borbón, entre otras autoridades.
En pleno proceso de crecimiento y expansión, en el año 2000, se consigue, a través de su hermana, Isabel Infante Galán, un gran legado documental, el reunido durante toda su vida por el historiador villalbero, Juan Infante Galán. Este año se funda una hermandad del Rocío en la capital de Europa, Bruselas, que poco después pone en marcha el proyecto del Camino Espiritual Europeo Mariano del Rocío, con estaciones en algunos de los Santuarios Marianos más representativos de Bélgica, Francia y España: Beauraing, Chartrês, Rocamadour, Lourdes, El Pilar, La Almudena, La Virgen de la Cabeza, La Virgen de los Reyes y punto de llegada en El Rocío, entre 2000 y 2003. Y en 2007 un grupo de peregrinos de Huelva hacen, por vez primera, la experiencia andando desde Bruselas hasta El Rocío. Este año, la Hermandad Matriz estrena su sede social en Almonte, en el solar de la antigua Casa Parroquial y por estos años se desarrollan importantes obras de ornamentación en el Santuario del Rocío.
En 2012-2013 y en 2019-2022, con ocasión de los primeros Traslados de la Virgen a Almonte del Tercer Milenio se han celebrado los dos primeros Años Jubilares de su historia, celebrándose con amplios programas de actividades, el Bicentenario del Rocío Chico (2011-2013) y el Centenario de la Coronación Canónica de la Virgen del Rocío (2018-2019) En este contexto Jubilar se crea en 2013 la Oficina de Atención al Peregrino y, poco después, el Museo-Tesoro del Santuario del Rocío en 2014. En estos años se celebran importantes actos de afirmación rociera en las ciudades de Córdoba, Madrid, Toledo o Huelva, entre otras.
El 14 de febrero de 2020, coincidiendo con el año del Centenario de la concesión del título de Real a la hermandad por S.M. el Rey, Alfonso XIII, han peregrinado hasta la parroquia de Almonte, SS.MM.RR, Don Felipe y Doña Leticia, que ya lo hicieron como Príncipes en 2004. Poco después estalla la pandemia del Covid-19 que nos ha privado de la celebración de las Romerías en los años 2020 y 2021, celebradas litúrgicamente en Almonte con la Virgen, en una de las estancias más prolongadas de la historia. También se han celebrado en Almonte el resto de convocatorias anuales de cultos a la Santísima Virgen. El Rocío estalla en el mundo digital, por donde se hace presente y se celebra para todas las hermandades y rocieros del mundo, como solución a las restricciones a la movilidad. Las hermandades muestran su espíritu de solidaridad, colaborando y ayudando en las parroquias donde radican con los damnificados por la crisis económica derivada de la pandemia.
Y en 2021, en plena celebración de un Año Santo Xacobeo en Santiago de Compostela, se han puesto las bases para activar un nuevo camino espiritual que una el Rocío con la capital Compostelana. Y a finales de este año se celebra en la capital de Andalucía, la exposición más importante organizada por la Hermandad Matriz, en la que participan más de sesenta instituciones, bajo el título de JUBILAR ROCÍO, en la sede de la Fundación CAJASOL.