Evangelio y Reflexión. Domingo XXV del tiempo ordinario

¿Vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 20, 1-16

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.

Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo: “Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido». Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo.

Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: “Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?”.

Le respondieron: “Nadie nos ha contratado”. Él les dijo: “Id también vosotros a mi viña».

Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: “Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros”.

Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Al recibirlo se pusieron a protestar contra el amo: “Estos últimos han trabajado solo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno”.

Él replicó a uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?”.

Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos».

Palabra del Señor.

Reflexión

Queridos amigos.

Aquí de nuevo, en nuestra cita dominical, sin olvidar el paisaje político, social y económico que los medios de comunicación nos revelan, como: la apertura del nuevo curso escolar y, a la vez, el cierre de algunos centros por contagio del covid-19; las “cortinas de humo” de los políticos, tirándose la pelota unos a otros, y el consiguiente olvido de la búsqueda común de soluciones; la uniformidad de los lenguajes usados en los noticiarios para hablar de la pandemia, que parece orquestado de antemano, revelan la dirección política a la que nos encaminamos obviando la democracia, rebajando los derechos de los trabajadores, anunciando subidas de impuestos y, como paradoja, animándonos a reactivar la economía con el gasto público, cuando el sueldo medio de una familia  no llega ni para pagar los bienes necesarios (luz, agua, residuos sólidos, contribuciones, alquileres, seguros,…) en fin…, menos mal que Dios actúa de otra forma.

Los últimos domingos hemos oído la enseñanza de Jesús sobre la corrección fraterna, el amor y el perdón como fundamento del Reino de Dios. Hoy la Palabra pone ante nuestros ojos un rostro de Dios que nos desconcierta en su actuar, fruto de la presencia del Reino en nuestra vida. Lo hemos dicho muchas veces: “los planes de Dios no son nuestros planes” o, con otras palabras: “Dios escribe derecho en renglones torcidos”.

Basta leer detenidamente la parábola para saber que Jesús nos invita a replantearnos nuestra relación con Él, a poner en práctica los valores del Reino. Pues dependiendo de cómo sea esa relación, así será nuestra conducta para con nuestros hermanos. Ahora bien, ¿queremos encontrarnos verdaderamente con Dios?, ¿estamos dispuestos a asumir sus planes y hacerlo realidad?

La parábola en su resolución final, y en algunos aspectos, nos recuerda otro relato narrado en Lucas: “El hijo pródigo”. La actuación del Padre (Dios) con el hijo y la del patrón (Dios) con los obreros de la viña revelan que sus acciones no son las nuestras (lo vemos en la forma del pago a los obreros), que hay otra forma de vivir, otros valores por los que trabajar, una nueva forma de ser ante Dios y ante los demás. La idea de fondo es dejar claro que los últimos serán los primeros y el fundamento del relato manifestar que la bondad de Dios va más allá de la mera justicia y lógica humana.

Lo grave del asunto es que, observando la realidad, parece que la sociedad ha perdido el interés de buscar a Dios. Éste no es algo deseable en la cultura del confort. Y parece que muchos cristianos, incluso pastores, se han apuntado a esa nueva forma de vivir, si a eso se le puede llamar vida.

Tenemos que vivir el aquí y ahora humano como tiempo y espacio de Dios. El que ha entrado verdaderamente en relación con Jesús sabe que la fe no es una ideología más, sino un estilo de vida configurado a imagen de Jesucristo. Entonces el aquí y ahora se convierten en el terreno abonado para trabajar en favor del Reino. De ahí, que debamos trabajar de sol a sol, como en la parábola, para que todos puedan vivir y disfrutar del Reino. Dejarlo para después o mañana quizás sea demasiado tarde.

Te rogamos y suplicamos, Virgen del Rocío, Madre del buen consejo que nos ayudes a encontrarnos con tu Hijo, el Divino Pastor para vivir el Reino anunciado y revelado con sus palabras, obras y presencia.

 

Francisco Jesús Martín Sirgo

Director Espiritual de la Hermandad https://hermandadmatrizrocio.org/wp-content/uploads/2021/09/exhibition-gallery-item-5-1.jpg, Párroco de la de Ntra. Sra. de la Asunción, de Almonte y Rector del Santuario de Ntra. Sra. del Rocío.

Canal Youtube

Accede al Canal Oficial de la Hermandad Matriz de Nuestra Señora del Rocío de Almonte

Santuario

Horarios

Todos los días, de 08:30 a 22:00h.

Localización

C/ Ermita, s/n, 21750 El Rocío, Huelva

Museo - Tesoro

Horarios

Lunes y martes: Cerrado. De miércoles a domingo: de 10:00 a 14:00h y de 18:00 a 21:00h.
(Días festivos abierto)

Localización

C/ Ermita, s/n, 21750 El Rocío, Huelva

Casa Hermandad

Horarios

De lunes a viernes: de 09:00 a 14:00h (por la mañana).

Localización

C/ Sebastián Conde, 4, 21730 Almonte, Huelva